Acuerdo Comercial con Europa
Por Andrés Espinosa Fenwarth
El acuerdo comercial con la Unión Europea es un hecho fundamental dentro del ámbito de la agenda comercial de Colombia de los últimos 10 años. En sus comienzos, en el 2009, la negociación se realizó a nivel andino.
A poco andar se hizo evidente la diversidad de factores políticos e ideológicos no convergentes que caracterizaban a la Comunidad Andina, que a la postre se tradujo en la marginamiento de Ecuador y Bolivia de la negociación. A partir del segundo semestre del 2009, Colombia, Perú y la Unión Europea tomaron la decisión política correcta de continuar la negociación centrada en los asuntos comerciales, proceso que llegó a buen puerto el 19 de mayo del 2010.
El texto oficial del acuerdo comercial fue inicializado por los representantes de la Comisión Europea, Colombia y Perú, en Bruselas, el 13 de abril del 2011. Posteriormente, se adelantó la revisión legal del acuerdo y se tradujo a los 21 idiomas de la Unión Europea, del cual hacen parte los 27 Estados miembros de este bloque comercial de 503 millones de personas. El 26 de junio del 2012 se suscribió el texto final del acuerdo, evento que dio inicio formal a los procedimientos de ratificación. El acuerdo será votado por el Parlamento Europeo el 11 de diciembre del 2012; es previsible que los parlamentos de los Estados miembros lo adopten después.
El Gobierno presentó en octubre el proyecto de ley No. 133 para consideración del Congreso Nacional, el cual podrá aplicarse provisionalmente, siempre y cuando el Parlamento Europeo dé su consentimiento y sea debidamente ratificado en Colombia y Perú.
El acuerdo comercial con Europa genera certidumbre legal y promueve la inversión y el comercio internacional. Pese a sus innegables bondades, el acuerdo evidencia dos lunares protuberantes. La negociación de la cadena láctea colombiana arroja resultados adversos en acceso a mercados, negociación que en su momento fue rechazada por la cúpula del Ministerio de Agricultura. Este impasse hizo necesario que el presidente, Álvaro Uribe Vélez se involucrara para enderezarla y generar una declaración conjunta con el Comisario Europeo, João Barroso –que debería ser abordada por el Congreso Nacional–, mediante la cual las partes se obligan a introducir los ajustes requeridos a partir del tercer año de aplicación del acuerdo, en caso de que la negociación impacte negativamente nuestro sector lácteo.
El segundo lunar tiene que ver con la negociación de la contribución cafetera nacional, cuya estabilidad jurídica se encuentra en vilo, asunto que fue objeto de advertencia oportuna por parte de la oficina jurídica del Ministerio de Agricultura y que debería ser fuente de preocupación para el sector cafetero, el Gobierno y el Congreso Nacional.
Fuente: Portafolio
