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Adiós a la CAN

ALAI AMLATINA, 21/04/2006, Lima.- La mejor forma de
comprender hasta qué punto el presidente Chávez ha metido las
cuatro en relación al futuro de la Comunidad Andina de Naciones,
es leer hoy día las felicitaciones que le endilgan Tafur y Aldo M.,
en sus respectivos diarios. El venezolano les está ahorrando la
discusión post TLC, en la que las derechas iban a ser las
encargadas de explicar porqué después de amarrar con Estados
Unidos, nuestro país está obligado a desamarrar con su socios
andinos.

Decir que el TLC mata a la CAN es casi una perogrullada y el
único que parece no verlo es Toledo que cree poder realizar todas
las alianzas juntas. Pero la derecha económica, con los pies
mucho mejor puestos sobre la tierra, lo que tiene en la cabeza es
el ejemplo del retiro chileno del grupo andino en un movimiento de
aparente autarquía que dio las condiciones para un giro en sus
relaciones internacionales, como socio privilegiado de Estados
Unidos y otros países desarrollados. Aunque al Perú no le de para
alcanzar ese sitial, y que por razones históricas, políticas y
económicas, lo que nos conviene a nosotros no es el aislamiento
con gancho al norte, sino la cercanía con nuestros vecinos, igual el
seguidismo al Mapocho ha seguido prevaleciendo en la cabeza y
los corazones de nuestra clase dominante.

Chávez dice la pura verdad cuando evidencia la contradicción de
negociar por separado una asociación comercial con Estados
Unidos que modifica las reglas internas de nuestras economías y
pretender mantener un espacio de integración más profunda, hacia
un mercado e instituciones comunes en el área andina. Tómese
nota nomás de las nuevas políticas de medicamentos a la que
estaremos sujetos peruanos y colombianos que no permite
desarrollar genéricos, ni comprar a terceros países este tipo de
productos aunque sean más favorables. O si se quiere los
procedimientos sanitarios que se han replanteado para permitir el
ingreso de carnes de Estados Unidos aceptando que sean ellos
los que se certifiquen a sí mismo, exponiéndose al riesgo de
enfermedades, que ningún tercer país quisiera correr.

Se puede seguir. Las cuotas de productos que nos estamos
comprometiendo a adquirir, es mercado que se desplaza a
nuestros proveedores andinos y sudamericanos. Aquí no se puede
hablar por tanto de lealtades o de sentido integracionista. No hay
bolivarianismo que conservar cuando de cinco socios, tres de ellos
se van por su lado y ni siquiera pueden realizar una negociación
multilateral, sino que cada cual lo hace por su cuenta, ganándole
la mano al otro, hasta que al final Ecuador ha quedado por el
camino y Perú y Colombia siguen disputando el favor del gigante.

El error de Chávez no es denunciar lo que va a ser cada vez más
evidente, sino actuar unilateralmente. La CAN merecía una
oportunidad final. Porque hoy que peruanos y colombianos damos
la última batalla para que este papelote entreguista no se apruebe
en nuestros Congresos y en las dos cámaras del legislativo
estadounidense, requerimos tener claro el camino alternativo que
es el de una Comunidad Andina fuerte entendiéndose con el
Mercosur para forjar la Comunidad Sudamericana, y con esa
plataforma negociar con Estados Unidos, Europa y Asia.
Lamentablemente la locuacidad le jugó una mala pasada esta vez
al bolivariano. Lástima.


 source: ALAI NET