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CAN: Camino despejado para unas negociaciones con Europa con un futuro incierto

26 Jun 2007

En realidad aun cuando el sistema de integración andino es uno de los de mayor trayectoria y desarrollo institucional, la impresión es que los Estados miembros han privilegiado el interés nacional por sobre la cohesión política que demanda la integración. Esta falta de cohesión política se ha visto acrecentada en la ultima etapa por la existencia de dos visiones distintas en cuanto al modelo de desarrollo y el proceso de integración mismo. Fue justamente ello lo que motivó el retiro de Venezuela y que en alguna medida también hizo fracasar la X Comisión mixta UE-CAN.

Venezuela se fue de de la CAN por considerar no sin razón, que los TLC negociados por Perú y Colombia con Estados Unidos eran una sentencia de muerte para la CAN. Las discrepancias entre Bolivia con Perú y Colombia, respecto a como abordar la negociación con la UE sobre los temas de inversiones, servicios, compras gubernamentales y propiedad intelectual, clausuró la X Comisión Mixta sin acuerdo y sin lanzamiento de las negociaciones.

En el primer caso, la posición de Venezuela dejó claro que su visión de integración no la determina el libre comercio. En el segundo, Bolivia desde un primer momento puso sobre la mesa que no estaba dispuesta a negociar algunos temas que considera afectan el modelo de desarrollo que se ha propuesto poner en marcha y el rumbo deseado para la integración andina.

Sorprendentemente, contrario a todos los pronósticos y en un tiempo récord, los socios andinos han sido capaces de llegar a un acuerdo para negociar como bloque el Acuerdo de Asociación con la UE, preservando sus diferencias. La clave del consenso está en la decisión 667: “Marco general para las negociaciones del Acuerdo de Asociación UE-CAN entre la Comunidad Andina y la Unión Europea” en la que se reconoce“ la existencia de diferentes niveles de desarrollo y enfoques económicos entre los países miembros los cuales se tomaran en cuenta en la negociación”. Permitiendo negociar diferentes alcances y profundidad con respecto a los distintos apartados que contempla el Acuerdo; reconociendo las asimetrías existentes frente a la UE y al interior de la CAN; asegurando un trato diferenciado para Bolivia y Ecuador y, estableciendo los lineamientos generales para la implementación de los distintos niveles de compromiso que resulten de la negociación.

Gracias a esta formula de consenso la reciente Cumbre de de Presidentes andinos celebrada en Tarija - Bolivia, culminó con lo que el Secretario General de la CAN Freddy Ehlers considera “su mejor momento de los últimos en los tiempos”: se abrió la negociación de un Acuerdo de Asociación con la UE, Chile retornó a la CAN en calidad de socio y se camina según Ehlers hacia“ una integración integral” que “vaya más allá de la integración comercial”.

Es necesario reconocer la existencia de un denominador común que posibilitó el consenso: el interés de todos los gobiernos andinos de dar paso a las negociaciones con la UE, pese a sus diferencias sobre el “que” y el “como”. Sin embargo, no se debe perder de vista que ha sido también la decisión de los Europeos de privilegiar una negociación OMC plus (más allá de los acuerdos alcanzados en la OMC) el detonante de la crisis. Los alcances y limitaciones del Acuerdo desde la óptica boliviana, fueron planteados de manera clara y pública desde el comienzo del proceso, por tanto la UE era consciente de las tensiones que podían generarse al interior de la CAN cuando en abril pasado definió los términos de su mandato.

El futuro sigue siendo incierto...

La situación de la CAN no deja de ser compleja, las diferencias son grandes y el consenso frágil. Las negociación con la UE no será un camino fácil. En principio con el lanzamiento de las negociaciones efectuado en Tarija, la UE ha aceptado la geometría variable -materializada en la decisión 667- como formula de la negociación birregional. Ello implica una serie de ajustes a los términos del mandato negociador otorgado por los Estados miembros a la Comisión Europea el pasado mes de abril, en cuanto a las herramientas que posibiliten en la práctica un reconocimiento suficiente de las asimetrías entre ambos bloques e internamente; pero también en cuanto a los mecanismos que permitan materializar el trato especial y diferenciado a Bolivia y Ecuador y que les debe permitir o bien excluirse, o bien un ritmo distinto de negociación en aquellos temas que consideran sensibles.

La formula de geometría variable obliga entonces a flexibilizar los términos del mandato de la UE para adaptarlo al consenso andino, pero además va en dirección contraria a lo previsto en la nueva estrategia de competitividad de la UE, telón de fondo de los Acuerdos de Asociación y carta de navegación de la dirección de Comercio de la Comisión Europea, quien posee una fuerte influencia en la conducción de las negociaciones.

La nueva estrategia competitiva europea coloca al centro los intereses de las multinacionales europeas, sobre el desarrollo humano sostenible y el fortalecimiento de la integración regional, que se predican como objetivos del Acuerdo. ¿Cómo compatibilizar entonces el interés de expansión del espectro de acción de las empresas europeas, con el deseo de Bolivia y Ecuador de no dar paso a liberalización de sectores sensibles para unos y para otros como: servicios, compras gubernamentales, inversiones y propiedad intelectual?

Tampoco es esta la única sombra que se cierne sobre las negociaciones. En Tarija el gobierno de Bolivia entregó la presidencia de la CAN al gobierno colombiano, en medio de todas las denuncias que lo rondan por vínculos con grupos paramilitares comprometidos en crímenes de lesa humanidad y graves violaciones a los DH. Muy sintomático de la situación por la que atraviesa el gobierno colombiano, resulta el hecho que el presidente Uribe, en su discurso de posesión, hubiera dedicado prácticamente el 80 por ciento del mismo a explicar los “ éxitos” de su gobierno. Tanto algunos Parlamentarios como plataformas de Ongs Europeas, ya han activado la alarma frente al hecho que la UE se apreste a negociar un Acuerdo que se rige por una cláusula democrática, con un gobierno seriamente cuestionado en materia de DH. La UE no debe perder de vista que justamente tal situación amenaza con hundir en el Congreso Estadounidense el TLC negociado con la administración Bush.

Tampoco se debe pasar por alto lo que piensan los movimientos y organizaciones sociales de la región, no solamente porque hoy por hoy son una fuerza política ascendente con capacidad de influencia y de presión; sino también porque han acumulado una valiosa experiencia y conocimiento en la lucha contra el ALCA y los TLC negociados bilateralmente. Ya en La Paz Bolivia, el pasado 31 de mayo, algunas organizaciones y movimientos sociales han expresado claramente que NO se oponen a un Acuerdo con Europa siempre y cuando esté inspirado en principios de complementariedad, solidaridad justicia y armonía con la naturaleza, pero SI se oponen a un acuerdo de liberalización comercial que ponga en peligro los servicios, públicos, la salud, la educación, la economía campesina, el conocimiento y tradiciones de las comunidades indígenas y la naturaleza.

¡amanacera y veremos!


 source: Movimiento Boliviano por la Soberanía y la Integración solidaria de los pueblos: Contra el TLC y el ALCA