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El Mercosur crece pero se debilita

por Eduardo Gudynas
CLAES, Montevideo, Uruguay - www.integracionsur.com

Más allá de los acuerdos específicos, el Mercosur cierra el año 2004 con una expansión muy importante en el número de miembros asociados (a Bolivia y Chile se han sumado primero Perú, y seguidamente los demás miembros de la Comunidad Andina: Ecuador, Colombia y Venezuela). Estos nuevos ingresos terminan en una paradoja: el Mercosur ahora tiene más miembros “asociados” que socios “plenos” (6 asociados y 4 plenos). El Mercosur se expande pero con vínculos tenues, con pocos resultados comerciales.

La nueva situación del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) quedó en evidencia en la reciente cumbre presidencial del 17 de diciembre de 2004 en Ouro Preto (Brasil). El encuentro estuvo cargado de simbolismo, ya que diez años antes en esa misma ciudad se firmó el Protocolo de Ouro Preto que conformaba una unión aduanera, otorgaba una personería jurídica internacional para todo el bloque y ajustó su estructura institucional. Mientras aquellos eran tiempos de optimismo, ahora son momentos de preocupación.

Si bien, el Mercosur se sigue expandiendo, sumando un nuevo país tras otro, no logra otorgar sustancia a sus compromisos comerciales y las disputas persisten. Por ejemplo, en las últimas semanas Argentina amenazaba con establecer salvaguardias comerciales frente a las mercaderías brasileñas. En Ouro Preto, los presidentes de los socios plenos del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) lograron resolver algunas de esas dificultades comerciales, entre ellas, la eliminación del doble cobro del Arancel Externo Común para las mercaderías importadas que circulan por más de un país. También iniciaron el proceso para armonizar normativas para las compras gubernamentales y para el libre ingreso y residencia de empresarios. Se avanzó en un acuerdo de libre comercio con los países de África austral. En el terreno social, se aprobaron varias medidas. Destacan un grupo de trabajo para analizar la promoción del empleo y la convocatoria a una reunión de alto nivel sobre derechos humanos, además del anuncio de un fondo para actividades educativas.

Frente al controvertido tema de crear un verdadero Parlamento del Mercosur no se logró un acuerdo sustantivo. La propuesta de Brasil era conformar un cuerpo con el nombre de “Parlamento” pero sin precisar sus funciones legislativas, ya que ese país se resiste a reconocer normas supranacionales por encima de sus leyes nacionales. Esa idea no fue aceptada y los presidentes resolvieron que la actual Comisión Parlamentaria Conjunta del bloque pase a cumplir funciones de una “comisión preparatoria” del futuro parlamento.

Finalmente, se aprobó la creación del Fondo de Convergencia Estructural del Mercosur bajo la idea de contar con un instrumento para distribuir ayudas que compensen y reduzcan las asimetrías en el bloque y fortalezcan su competitividad. Es un paso importante para generar cohesión interna, pero todavía deben ser concretados sus objetivos precisos y mecanismos de financiamiento.

Más allá de los acuerdos específicos, el Mercosur cierra el año 2004 con una expansión muy importante en el número de miembros asociados (a Bolivia y Chile se han sumado primero Perú, y seguidamente los demás miembros de la Comunidad Andina: Ecuador, Colombia y Venezuela). Estos nuevos ingresos terminan en una paradoja: el Mercosur ahora tiene más miembros “asociados” que socios “plenos” (6 asociados y 4 plenos). El Mercosur se expande pero con vínculos tenues, con pocos resultados comerciales. Se hacen declaraciones altisonantes pero los compromisos políticos son débiles (eso explica por ejemplo que Chile y Bolivia convivan dentro del MERCOSUR sin que sufran presiones para que resuelvan sus problemas diplomáticos).

Por lo tanto, el Mercosur navega en una dura incertidumbre de objetivos entre ser un mero acuerdo de libre comercio, o bien seguir el objetivo inicial de un proceso de integración tanto comercial como político. Desde la perspectiva de un desarrollo alternativo por cierto la opción no es abandonar el Mercosur, sino profundizarlo con medidas reales en áreas como la coordinación productiva, todo lo cual lleva ineludiblemente a la necesidad de normas supranacionales. En ese terreno en la cumbre presidencial de Ouro Preto se repitió el diálogo de sordos en ese tema mientras los presidentes declaraban su fe en la integración regional. En realidad, si tomaran en serio sus promesas, deberían abordar compromisos regionales, coordinando sus opciones productivas y abriendo esas negociaciones a la participación ciudadana.

E. Gudynas es analista de información en CLAES D3E. Mas informaciones en www.integracionsur.com - Publicado en "ERl Observatorio", Alianza Chilena por un Comercio Justo y Responsable - ACJR, No 13, febrero 2005.


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