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Encuentro entre Lula y Vázquez ¿Tabaré vuelve a confiar en el Mercosur?

Por Fernando M. López, Desde la Redacción de APM, 27-2-07

La reunión entre los presidentes Luiz Inácio Lula Da Silva y Tabaré Vázquez logró despejar, al menos por el momento, el peligro de un eventual quiebre en la continuidad de Uruguay dentro del Mercado Común del Sur (Mercosur). Los mandatarios sellaron importantes acuerdos de cooperación y coincidieron en los problemas del bloque que deben solucionarse con urgencia para preservar el proceso de integración regional. Sin embargo, en materia de política exterior uruguaya aún no existen definiciones claras. La visita de George W. Bush a Montevideo, que se concretará en diez días, aumenta el margen de incertidumbre.

Al término del encuentro, realizado en la estancia presidencial de Anchorena, en Colonia, a unos 200 kilómetros de la capital uruguaya, los mandatarios ofrecieron una conferencia de prensa para expresar el entendimiento logrado entre ambos gobiernos.

Tabaré Vázquez sostuvo que la visita de Lula marcó una “profunda inflexión” en las relaciones bilaterales y destacó la importancia del Mercosur, haciendo énfasis en la comprensión brasileña para encontrar soluciones a los reclamos de los socios menores en cuanto a los desequilibrios estructurales.

En este sentido, el mandatario uruguayo repitió que los países mayores del bloque “deben contemplar esas asimetrías no por dádiva, no por caridad, sino por justicia, para que realmente todos los países que integramos ese proceso veamos en los hechos concretos los frutos de un proceso de integración”.

A su turno, Lula da Silva aseguró que "Brasil tiene que asumir su responsabilidad de mayor economía del Mercosur y debe crear la condiciones para que el comercio sea lo más equilibrado posible. Si no existen equilibrios entre los países del bloque no puede existir el Mercosur”.

El presidente brasileño también afirmó que la intención regional de su país no es construir hegemonía, sino relaciones de igualdad y proximidad con las naciones de América Latina. Por eso mismo, reconoció la “libertad” y “soberanía” de cada miembro del Mercosur para realizar negocios con terceros países. Lula ejemplificó con las relaciones de Brasil con China, la Unión Europea y Estados Unidos, pero se refería concretamente a los acuerdos entre Montevideo y Washington: el Tratado de Protección e Inversiones (TPI), firmado a fines de 2005, y el Acuerdo Marco sobre Comercio e Inversiones (TIFA), sellado hace apenas un mes.

Esto no significa, sin embargo, que Brasil haya flexibilizado su postura frente a la posibilidad de una apertura comercial extra zona por parte de Uruguay. El gobierno de Lula da Silva reiteró en diversas oportunidades que si Montevideo decidiera suscribir un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos debería renunciar a su condición de miembro pleno del bloque.

De todos modos, las palabras de Lula durante la conferencia de prensa lograron entusiasmar al ministro de Economía, Danilo Astori, uno de los promotores más pujantes de las relaciones carnales con Estados Unidos en el gabinete frenteamplista. "En la parte comercial, volvimos a señalar la necesidad de que se flexibilicen las normas del Mercosur, para permitirle a Uruguay tener mejor acceso al mercado ampliado y progresar en la búsqueda de acuerdos fuera de la región. El propio presidente Lula lo acaba de señalar. Así que por todas estas razones, creo que ha sido un encuentro positivo", dijo el funcionario.

Astori y otros ministros uruguayos, entre ellos, el canciller Reinaldo, Jorge Lepra (Industria), José “Pepe” Mujica (Agricultura, Ganadería y Pesca) y Víctor Rossi (Transporte y Obras Públicas) se encargaron de firmar una serie de convenios de cooperación con Brasil. Por el lado de Lula da Silva, participaron su asesor principal, Marco Aurelio García, el canciller Celso Amorim y los ministros Luis Furlán (Desarrollo, Industria y Comercio Exterior) y Silas Rondó (Minas y Energía).

Según se informó oficialmente, los acuerdos incluyen un memorando de entendimiento para promoción de comercio e inversiones, un protocolo de intenciones para la cooperación bilateral en el área de los biocombustibles, la creación de una comisión mixta permanente en materia de energía y minería, y la realización de dos obras de infraestructura: un nuevo puente sobre el río Yaguarón, entre las localidades fronterizas de Río Branco (Uruguay) y Jaguarão (Brasil), así como la restauración del viejo puente “Barón de Maguá”.

En cuanto a lo biocombustibles, cabe destacar que Brasil se posiciona como uno de los principales productores de etanol, detrás de Estados Unidos. Ambos países concentran el 70 por ciento del mercado mundial de biocombustibles y se encaminan a sellar una alianza estratégica para aumentar los cultivos de caña de azúcar y maíz, materias primas del etanol.

El tema será uno de los puntos principales de la agenda del presidente George W. Bush en Brasil, país donde comenzará su gira latinoamericana el próximo 8 de marzo, y se presentará como la solución para terminar con la dependencia del petróleo y reducir el impacto sobre el medio ambiente.

Sin embargo, como ya se explicó desde esta agencia, el desarrollo energético basado en los combustibles de origen vegetal es una trampa que busca continuar la matriz hidrocarburífera del siglo XX, con peligrosas consecuencias sociales (desplazamientos poblacionales, desocupación, problemas sanitarios, etc.) y ambientales (mayor deforestación, degradación de suelos y destrucción de la biodiversidad).

“Para poder reemplazar completamente el consumo de hidrocarburos por combustibles biológicos no alcanzaría la superficie actualmente del planeta dedicada a la agricultura”, afirma Pablo Ramos en su artículo “La trampa de los biocombustibles” (APM, 11/02/2007). Esto ya encierra el riesgo de resignar producción de alimentos para satisfacer la demanda energética de los países centrales, como ya ocurre en América del Sur con la soja transgénica que se exporta como forraje a los mercados de Europa y Asia.

El 9 de marzo, luego de su visita a Brasil y antes de partir hacia Colombia, Guatemala y México, George W. Bush hará escala en Montevideo. Allí lo recibirán diversos movimientos sociales, políticos y sindicales, encabezados por la central obrera PIT-CNT, que se manifestarán para repudiar su arribo y condenar la política exterior genocida de su administración.

La propia fuerza política del gobierno de Tabaré Vázquez se encuentra dividida ante la llegada del mandatario norteamericano. En el gabinete nacional, las posturas más antagónicas se las representan el ministro Danilo Astori, que ve en la visita de Bush una oportunidad para avanzar hacia un TLC, y la ministra de Desarrollo Social, Marina Arsimendi, que impulsa, al igual que el canciller Gargano, la inserción internacional de Uruguay a través del Mercosur.

Como se recordará, Arismendi repudió hace unas semanas la llegada de Bush a Montevideo, tras calificar al norteamericano como “la representación de lo más execrable, asesino y belicista que hay en el mundo".

Los sectores frenteamplistas que coincidieron con la funcionaria, entre ellos el Partido Comunista del Uruguay (PCU), la Corriente de Izquierda (CI) y el 26 de Marzo, impulsaron dos mociones de rechazo ante la Mesa Política del Frente Amplio (FA) para rechazar la presencia de Bush y sumarse a los actos populares de repudio, en sintonía con la tradición antiimperialista de la izquierda uruguaya y los postulados originales del Frente Amplio.

El órgano del FA, que deliberó este lunes sobre el tema, adoptó finalmente una postura de consenso entre el gobierno y la fuerza política, a instancias de una propuesta del Movimiento de Participación Popular (MPP). En un comunicado de prensa, la Mesa condenó la "política belicista" de Bush, pero al mismo tiempo reconoció que Uruguay "debe mantener relaciones diplomáticas y comerciales con todos los países del mundo”, incluso Estados Unidos, “con independencia de sus regímenes políticos”.

Ahora sólo resta esperar. Habrá que ver si la confianza de Tabaré Vázquez en el proceso de integración del Mercosur, renovada durante el encuentro con Lula da Silva, dura tras la reunión prevista con su homólogo norteamericano.


 source: Agencia Periodística del Mercosur