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Estudio hecho en todos los Departamentos de Colombia revela que el TLC tiene demasiados opositores

En concordancia con lo anterior, el tema más polémico en las regiones es, precisamente, el agrícola, con la excepción del Eje Cafetero, donde la competitividad es la que ha generado mayor controversia.

No obstante, los resultados del trabajo que se darán a conocer en la asamblea anual de la entidad no implican que los diferentes sectores productivos, académicos, gremiales y políticos de cada departamento estén en contra del TLC, sino cuáles de ellos son los que mayor rechazo han expresado al acuerdo.

El estudio de percepciones se da a conocer en el momento en que en Washington Colombia y Estados Unidos celebran una ronda bilateral agropecuaria, el tema que más atraso muestra en las negociaciones y el que, de acuerdo con el Gobierno y el Consejo Gremial, determinará si el TLC es viable y es aprobado por el Congreso.

Según Confecámaras, los agricultores de la zona Caribe de maíz, algodón y arroz consideran que los subsidios de Estados Unidos a sus productores los dejan en desventaja para competir abiertamente con ellos.

Obstáculos sanitarios

El tema de las medidas sanitarias y fitosanitarias es de gran preocupación para los productores de carne y lácteos, hortifrutícola y tabaco, ya que esta región cuenta con ventajas comparativas y algunas competitivas para esos bienes.

Allí, en la Costa Norte, organizaciones como Salvación Agropecuaria, la CUT, Fecode, sindicatos del sector eléctricoy hospitalario se oponen al TLC, posición contraria a la de la clase política del Atlántico y Magdalena.

En la zona Centro es donde se observa la percepción negativa más alta de los agricultores: arroceros, cerealeros, algodoneros. Alegan, entre otros puntos, que no tienen recursos para la reconversión productiva. Estudiantes universitarios y gremios de profesionales temen por la suerte de la educación y de su calidad si hay una invasión de instituciones estadounidenses.

Como en el resto del país, dice Confecámaras, los sindicatos tienen un pensamiento negativo sobre la integración internacional, "generan rechazo y realizan manifestaciones en contra del proceso".

En el Eje Cafetero, la oposición al tratado es menos intensa y definida que en otras regiones. En el sector agrícola se ven pocas oportunidades para los productos locales. Los pequeños empresarios tienen la sensación de que van a desaparecer porque a Colombia ingresarán muchos productos a precios muy bajos.

En la zona Pacífica, los indígenas y las comunidades negras suponen que los recursos naturales, especialmente de plantas medicinales, no tendrán la protección suficiente para su propio beneficio.

Igual sucederá, dicen, con sus tradiciones culturales y que habrá una pérdida del conocimiento ancestral y de la riqueza cultural y una apropiación de Estados Unidos de la biodiversidad, con patentes posteriores de resinas y plantas medicinales.

El sector agropecuario considera que los negociadores no están protegiendo la producción nacional y que van a abrir las fronteras para que entre una competencia que no está preparado para afrontar.

Temores recurrentes

Para Confecámaras, los resultados de ese repaso por las cinco regiones evidencian que los grupos de oposición y temas polémicos son recurrentes en las diversas zonas del país, lo cual, a su juicio, permite diseñar estrategias focalizadas para desvanecer los temores expresados por los diferentes grupos de la sociedad civil.

Igualmente, agrega el documento, se pueden enviar señales sobre la perspectiva del TLC, mejorando su imagen en las zonas de influencia del programa Sociedad Civil y TLC, que lidera la entidad, mediante la difusión de su contenido, la identificación de oportunidades de la región y emprender con visión regional acciones para su aprovechamiento.

Temor por biodiversidad

En la Amazonia y Orinoquia la mayor oposición está focalizada en el sector educativo -que duplica individualmente a la de los agricultores y ganaderos-, que junto con los grupos indígenas perciben que los únicos beneficiados son los grandes empresarios, y temen por la apropiación de los conocimientos ancestrales.

Las ONG ambientalistas ven un peligro en los intereses estadounidenses por su negativa a ratificar los convenios internacionales de diversidad biológica.

La mayoría de ganaderos no apoyaban el TLC porque lo consideraban totalmente lesivo, pero esta percepción, de acuerdo con Confecámaras, ha ido cambiando y hoy son más optimistas.


 source: El Tiempo