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TLCAN en marzo-abril o hasta después de elecciones, prevé Kalach

TLCAN en marzo-abril o hasta después de elecciones, prevé Kalach

Por Susana González G. | 15-2-18

Ciudad de México. El sector privado de México pugna porque la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) concluya entre marzo y abril de este año porque “hay señales de que todo se pueda alinear” para ello y los equipos técnicos tienen avances al respecto, aseveró Moisés Kalach, quien como coordinador del Consejo Consultivo Estratégico de Negociaciones Internacionales encabeza al empresariado mexicano en el llamado cuarto de junto en las rondas de la renegociación.

Sin embargo, también advirtió que otra posibilidad es que el TLCAN o NAFTA, por sus siglas en inglés, permanezca sin cambios y la renegociación se extienda hasta o después de las elecciones de México, en junio, y las de Estados Unidos, en noviembre.

“Yo le llamo el Nafta–zombie, que es el que no se va pero no se acaba de modernizar. Es el tratado que se sigue y sino es este año y pasa la elección de México y la de Estados Unidos, el calendario de la renegociación podría seguirse navegando hacia adelante. No es un tema catastrófico, pero no nos da la certeza para las inversiones que quisiéramos. No le veo mucha posibilidad porque no creo que haya paciencia de los líderes”, indicó el empresario en una reunión con medios de comunicación a 10 días de que arranque la séptima ronda de la renegociación del TLCAN en la Ciudad de México.

Cuestionado si no convendría a México esperar los resultados de las elecciones de ambos países porque cambiará la composición de sus respectivos Congresos y éstos determinarán si se aprueba o no lo que se renegocie del TLCAN, Kalach puntualizó que la visión del sector empresarial es “no dejar para mañana las cosas que se deben negociar hoy porque el costo es muy importante para dar certeza a las inversiones y la economía del país. Al final del día el sector privado tiene que ser institucional y trabajará con el gobierno en turno hasta el primero de diciembre de 2018 y si hay un cambio trabajaremos con el que nos toque”.

De cualquier manera, insistió en que “hay una posibilidad real de cerrar. Vemos una ventana de oportunidad y se ha avanzado muchísimo en las negociaciones técnicas" y entre las señales que mencionó al respecto destacó el apoyo al TLCAN que gobernadores, legisladores y empresarios de Estados Unidos manifestaron con más fuerza en las últimas semanas, sobre todo después de que fue aprobada su reforma fiscal, así como un cambio en la posición del presidente Donald Trump porque se ha reducido la posibilidad de que saque a su país del acuerdo y que atribuyó al cabildeo de empresarios estadunidenses y mexicanos, aunque reconoció que sigue latente ese riesgo.

El sector privado quería que la renegociación fueran lo más rápido posible para evitar la incertidumbre pero “ya no fue y la próxima ventana de oportunidad que vemos para cerrar en marzo -abril, planteada por el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, y ese es el periodo que estamos empujando ahora con todo el esfuerzo técnico y también de cabildeo”.

Empero, Kalach acotó que el cierre de la renegociación depende de la voluntad política de los gobiernos de los tres países asociados al TLCAN porque aunque México la ha mostrado claramente, Canadá ha sido prudente y “se ha empezado a ver” la Estados Unidos, esa voluntad no se ha trasladado hasta ahora a las mesas de negociación.

“Tenemos 6 o 10 capítulos listos para cerrar pero es un tema ya de los ministros de los tres países de cuánto y cómo cerrar, es un empujoncito, pero es más la parte política que la técnica. Si Estados Unidos no flexibiliza su postura difícilmente podemos avanzar hacia un cierre”, indicó

Aclaró que tanto la industria automotriz como la textil se mantienen firmes en no ceder y no mover los porcentajes de reglas de origen que plantea Estados Unidos pero al mismo tiempo dijo que los equipos negociadores siguen trabajando y avanzando en diferentes opciones y propuestas muy creativas de todas las partes.


 source: La Jornada