bilaterals.org logo
bilaterals.org logo
   

Medicamentos más caros

Medicamentos más caros

Por Martin Khor, 31-8-12

Los beneficiarios de la salud pública y otros grupos de pacientes en todo el mundo han protestado contra los acuerdos de libre comercio que están negociando Estados Unidos y la Unión Europea con los países en desarrollo, por sus efectos de aumento de los precios de los medicamentos, incluso para enfermedades que suponen riesgo de vida. Esos acuerdos bilaterales o regionales dificultarían -o incluso impedirían- que gobiernos y pacientes tuvieran acceso a versiones genéricas mucho más baratas.

El resultado sería que millones de pacientes se verían privados de acceder a medicamentos que podrían salvarles la vida, en la medida que ni ellos ni sus gobiernos podrían comprar los productos patentados.

Sus preocupaciones más recientes se centran en el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPPA, por sus siglas en inglés) que se está negociando entre Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Brunei, Malasia, Singapur, Vietnam y Perú.

Para el capítulo sobre propiedad intelectual del TPPA, Estados Unidos propone ampliar enormemente los derechos de los titulares de patentes, principalmente las grandes compañías farmacéuticas. Esto sería a expensas de los productores de medicamentos genéricos, de los gobiernos que a menudo optan por comprarlos para sus hospitales y clínicas y, por encima de todo, de los pacientes.

En el Acuerdo sobre los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio de la Organización Mundial del Comercio (OMC), los gobiernos tienen derecho a establecer sus propias normas en materia de patentes y rechazar las solicitudes que consideren que no son verdaderas invenciones. Pero las normas también les permiten conceder “licencias obligatorias” a otras compañías para producir versiones genéricas de los medicamentos patentados, por ejemplo si el titular de la patente no permite a otros producir en términos razonables, o si hay una situación anticompetitiva e incluso si la licencia es de interés público.

En algunos países, como India, se permite que la gente plantee objeciones antes y después de conceder una patente.

En las negociaciones del TPPA, Estados Unidos ha propuesto que el acuerdo exija a los países tener leyes de patentes más estrictas que las contempladas en el Acuerdo sobre los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio. Aumentarían los privilegios de las compañías que poseen las patentes y se reduciría la capacidad de los gobiernos de utilizar las “flexibilidades” permitidas por la OMC.

La organización humanitaria Médicos Sin Fronteras, galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 1999, explica en un documento las diversas formas en que las propuestas de Estados Unidos, de ser aceptadas en el TPPA, amenazarían la salud.

El documento señala la importancia de los medicamentos genéricos. La primera generación de medicamentos para el VIH/SIDA hizo que su precio bajara un noventa y nueve por ciento en la última década -de 10,000 dólares por persona por año en 2000 a unos sesenta dólares actualmente-, gracias a la producción genérica en India, Brasil y Tailandia, donde esos medicamentos no están patentados. Esta caída drástica del precio permitió que el tratamiento del VIH/SIDA llegara a más de seis millones de personas en los países en desarrollo.

Según Médicos sin Fronteras, las propuestas de Estados Unidos en el TPPA causarían los siguientes problemas.

En primer lugar, ampliarían el alcance de las patentes. Estados Unidos quiere que resulte más fácil patentar nuevas formas de viejas medicinas que no agregan necesariamente eficacia terapéutica para los pacientes. Las normas de la OMC permitirían a los gobiernos decidir qué tipo de “innovación” merece ser protegida por las patentes. Sin embargo, la propuesta de Estados Unidos limita esta capacidad de definir qué es “patentable” al exigir que se patenten “nuevas formas, usos o métodos de uso” de un producto existente, aún si no aumenta su eficacia.

En segundo lugar, Estados Unidos quiere que los países permitan que se patenten plantas y animales, así como diagnósticos y métodos terapéuticos y quirúrgicos para el tratamiento de seres humanos, aun cuando el Acuerdo Acuerdo sobre los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio de la OMC permite a los países excluir esos sectores de las patentes.

En tercer lugar, Estados Unidos propone restricciones a la oposición a las patentes previo a su otorgamiento, aun cuando las normas de la OMC la permiten.

En cuarto lugar, la propuesta de tener nuevas formas de aplicación de los derechos de propiedad intelectual, como permitir que funcionarios de aduana incauten cargamentos de medicamentos, aun si están en tránsito, solo por la sospecha de que sean productos falsificados, e incrementar los daños y perjuicios por la infracción de los derechos de propiedad intelectual.

En quinto lugar, y esto es lo más grave, la propuesta de Estados Unidos de la “exclusividad de datos”. Esto impediría a las compañías productoras de genéricos utilizar la información existente recogida de investigaciones clínicas -que haya sido presentada anteriormente por la compañía creadora del medicamento- para ganar la aprobación regulatoria de sus medicamentos, forzándolas a duplicar los ensayos clínicos o esperar a que termine el periodo de “monopolio de datos”.

En sexto lugar, Estados Unidos pretende que el plazo de las patentes sea mayor a los veinte años establecidos en las normas de la OMC. Quiere ampliar el periodo de patentes para compensar las demoras administrativas del proceso regulatorio.

En séptimo lugar, Estados Unidos busca vincular a las patentes con la regulación de la seguridad de los medicamentos, convirtiendo así a las autoridades reguladoras en “policía de patentes”, según Médicos sin Fronteras. En Malasia, varios grupos de pacientes y médicos emitieron una declaración conjunta en la que se oponen a las propuestas de Estados Unidos que, aseguran, reducirán el acceso a los medicamentos.

El TPPA se está negociando en absoluto secreto. Esas negociaciones afectan a la salud pública y deberían ser llevadas a cabo con niveles de transparencia y escrutinio público adecuados, según expresaron varias organizaciones.

La situación es urgente, porque las negociaciones del TPPA se están haciendo a un ritmo acelerado y está previsto que finalicen este año.

*Director ejecutivo de South Centre, una organización de países en desarrollo con sede en Ginebra, y fundador de la Red del Tercer Mundo.


 Fuente: Red del Tercer Mundo