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Ni CETA ni TTIP: una declaración ciudadana por la soberanía y la democracia

Ni CETA ni TTIP: una declaración ciudadana por la soberanía y la democracia

Por Alberto De los Ríos, 19-10-16

Hoy es un día clave en la defensa de la democracia tal y como la hemos entendido hasta ahora. La Cumbre Ciudadana del 20 de octubre en Bruselas reúne a representantes de partidos políticos -como los Verdes Europeos, del que formo parte, la Izquierda Europea, algunos socialistas, regionalistas, entre otros- y organizaciones sociales, ecologistas y sindicales, así como a movimientos ciudadanos que se oponen a los tratados de libre comercio que se negocian en secreto como el CETA (con Canadá), el TTIP o el TISA. Tras la firma de una Declaración contra el CETA, se celebran unas jornadas de trabajo conjuntas sobre el impacto en la democracia local y los servicios municipales, amenazados de desaparecer, en un espíritu de cooperación que abre una puerta a la esperanza.

Estos tratados tratan de eliminar las barreras arancelarias entre EEUU, Canadá y la UE, asimilando el modelo europeo al norteamericano y ponen por encima los derechos de las multinacionales sobre los derechos sociales, la protección medioambiental o la pequeña y mediana empresa local.

Esta Declaración que insta a los gobiernos canadiense y de la UE así como a los parlamentarios de los estados europeos a votar no al Tratado CETA y a otros similares, negociados con un secretismo inusitado porque regulan asuntos tan claves como la salud, la alimentación, el clima y el medioambiente, el desarrollo local y la educación o los servicios públicos, perdiendo los pueblos y los parlamentos su soberanía en los temas y derechos básicos para la ciudadanía a favor de cláusulas como la ISDS (Investor State Dispute Settlement), entre otras regulaciones y tribunales de arbitraje que favorecen siempre a las multinacionales en caso de disputa e incluso llega a asegurar indemnizaciones por regulaciones sociales o ambientales propuestas por parlamentos o ayuntamientos. Esto supone un atentado directo contra la democracia y la soberanía popular como pocas en la historia reciente.

A continuación, se desarrolla una sesión de trabajo sobre el impacto de los tratados de libre comercio en marcha (TTIP, CETA y TISA) y su impacto sobre las administraciones locales y la privatización de servicios que provocan. Participan en estos actos representantes de diferentes partidos europeos (Verdes, Izquierda Europea, partidos regionalistas y algunos socialistas, entre otros) en administraciones locales, autonómicas, y estatales de diferentes países europeos junto a representantes de la sociedad civil y organizaciones sociales que han elevado sus voces contra estos tratados a ambas orillas del Atlántico. Trabajar, colaborar para evitar las consecuencias desastrosas de un tratado en la política y la economía local y de pequeña escala y crear una red para que nuestras comunidades resistan este envite.

El pasado 15 de octubre se celebró en Europa y Norteamérica una jornada de protesta contra esta pérdida de soberanía y democracia encubierta y ya se han puesto en marcha plataformas de organizaciones sociales y políticas en contra de los mismos, una auténtica ola que se ha levantado en defensa de las personas, el planeta y la economía a escala humana como las pequeñas empresas, así como de la misma democracia, la cual quedaría rebajada ante una nueva prioridad: el beneficio de las grandes corporaciones multinacionales, que podrán recurrir y ganar batallas judiciales y compensaciones económicas.

Como en el caso de la reforma express del artículo 135 y las leyes que la siguieron, en la que la prioridad dejó de ser los derechos y servicios a las personas frente a la deuda y las entidades financieras, ahora se trata de un paso más. El ciclo de esta vuelta de tuerca se cerraría de esta forma.

Pero como demuestran tantas y tantas victorias, como la de la Marea Blanca madrileña o los ciudadanos de Valonia (cuyo parlamento ya se ha opuesto) frente al CETA, se puede parar y revertir esta ofensiva en marcha. Este 20 de octubre es un paso más en el declive de un ciclo de la globalización salvaje que está terminando. Reiniciamos la devolución de la soberanía a los pueblos, a las personas y al respeto al planeta donde vivimos.

Ni CETA ni TTIP, recuperemos la soberanía y la capacidad de decisión y respetemos los límites del planeta. Y lo vamos a hacer, porque no hay otra opción posible y porque cuando nos ponemos a cooperar, siempre se puede.


 Fuente: El Diario