UE-Mercosur, el acuerdo de la discordia

Por Mario Muñoz Lozano * | 26-9-19

UE-Mercosur, el acuerdo de la discordia

Calificado como ’desequilibrado’ por el principal sindicato alemán, ’un engaño’ por su homólogo francés y de ’vergonzoso’ para los agricultores irlandeses, el acuerdo comercial alcanzado entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur navega con rumbo incierto.

La ratificación del pacto, que contó con el visto bueno de dirigentes de ambas formaciones a finales de junio, luego de dos décadas de negociaciones, incluye a los 28 países de la UE y a los cuatro del Mercado Común del Sur (Mercosur): Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay.

El acuerdo, que no entrará en vigor hasta dentro de dos años, primero tendrá que ser convertido en un verdadero texto jurídico antes de ser sometido a la aprobación de los Estados miembros en el Consejo de la UE, la institución que los representa.

A partir de ese momento, la jefatura del bloque comunitario lo podrá firmar de manera oficial, mientras espera la votación en el Parlamento Europeo que conducirá a su entrada en vigor provisional.

En lo adelante, cada Estado miembro tendrá que aprobarlo, lo cual implica que pasará por estrecho filtro de los parlamentos nacionales.

ENTRE APLAUSOS Y ESCOLLOS

El polémico documento ya está lidiando con el rechazo de un número considerable de agricultores, ganaderos y ecologistas del Viejo Continente, que amenazaron con boicotear su aprobación en todas las instancias comunitarias.

El texto todavía no se ha hecho público, pero los detalles difundidos, especialmente en lo referente a las cuotas agrícolas ofrecidas a los países del Mercosur, desataron la cólera de los agricultores europeos.

El principal sindicato agrícola de la UE, Copa-Cogeca, lo calificó de ’política comercial de doble rasero’ y subrayó que el acuerdo agrandará ’la brecha entre las normas exigidas a los agricultores europeos’ y ’lo que se tolera de los productores del Mercosur’ que exportarán al bloque comunitario.

Los agricultores del Viejo Continente ya cuentan con el respaldo de eurodiputados que representan a partidos de los más diversos colores políticos, lo que presagia una larga batalla sobre el texto en el Parlamento Europeo y, posteriormente, ante los Gobiernos de la UE.

La UE y Mercosur comenzaron a negociar un tratado de libre comercio en el año 2000 y las conversaciones pasaron desde entonces varias fases, llegando incluso a estar paralizadas.

Ambas partes acordaron en 2016 relanzar unas negociaciones en las que el capítulo agrícola ha sido el gran escollo, especialmente las exportaciones de carne de vacuno de Mercosur al bloque comunitario.

España, Alemania, Portugal y Países Bajos han sido algunos de los países de la Unión Europea que más han impulsado este acuerdo, que ha contado con las reservas de Francia, Bélgica, Irlanda y Polonia.

La Comisión Europea, encargada de negociar en nombre de los países miembros del bloque comunitario, calificó de victoria ’histórica’ el acuerdo aprobado, después de 20 años de difíciles y ásperos debates.

Para el presidente del Observatorio Político de América Latina y el Caribe, del Instituto de Ciencias Políticas (Sciences Po) de París, Olivier Dabene, el acuerdo ’es un gesto político muy fuerte’ en favor del ’multilateralismo frente a la actitud de Estados Unidos’.

Dijo que si los Estados miembros lo validan, el convenio se sumará a los que firmó recientemente la UE con Canadá y Japón, considerados una respuesta al presidente estadounidense, Donald Trump, cuya política proteccionista desestabiliza el comercio mundial.

A pesar del entusiasmo que mostraban en los últimos tiempos las delegaciones latinoamericanas, el pacto comercial con el Mercosur parecía lejos de ser una realidad. Pero los negociadores supieron ’aprovechar una alineación de los planetas que no habíamos visto en 20 años’, subrayó Dabene.

LIBRE COMERCIO VS MEDIO AMBIENTE

Los dardos, sin embargo, continúan. ’El libre comercio está en el origen de todos los problemas ecológicos’, denunció el exministro francés de Transición Ecológica y Solidaria, Nicolas Hulot, en una entrevista con el diario Le Monde.

La organización ecologista Greenpeace consideró el pacto un desastre y sentenció que el mismo llevará a la ’destrucción del medio ambiente’.

La experta de comercio del grupo ambientalista, Naomi Ages, pidió a la UE ’dejar de realizar acuerdos comerciales que benefician a grandes empresas que codician oportunidades de exportación’, así como ’no cerrar los ojos ante el daño social y ambiental que causan’.

La fase final de las negociaciones del acuerdo comercial ha generado un posicionamiento entre dos bloques de países, aquellos con un gran sector agrícola y que han mostrado más cautela en la negociación, y otros más orientados a la exportación.

Greenpeace comentó que naciones como Alemania, con su fuerte sector automovilístico, esperan el acuerdo comercial para exportar vehículos y piezas, mientras otros con un potente sector agrícola, liderados por Francia, temen que sus agricultores se vean amenazados por importaciones con estándares de producción más bajos que los europeos.

El Ejecutivo francés dejó claro que no se apresurará en ratificar el acuerdo comercial antes de mirarlo con detalles, según la portavoz oficial del gobierno, Sibeth Ndiaye.

Para el director del Centro de Expertos en Economía Internacional, Sébastien Jean, la posición del gobierno francés ’tiene lógica, ya que este acuerdo puede tener consecuencias significativas sobre la agricultura europea y el medioambiente a nivel global’.

BOLSONARO EN EL CANDELERO

Los ataques al acuerdo se intensificaron a raíz de los grandes incendios en la Amazonia y el desinterés público mostrado por el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, por enfrentar la tragedia. De ahí que se ha convertido en el as en la manga que la UE está dispuesta a esgrimir a cambio de mejores medidas medioambientales.

El Gobierno de Luxemburgo declinó apoyar el tratado, si Brasil no empieza a cumplir las obligaciones climáticas del acuerdo, según dijeron fuentes diplomáticas.

Su ministro de Asuntos Exteriores, Jean Asselborn, advirtió recientemente que ’frente a una deforestación de la Amazonía que causa incendios dramáticos’, su país ’espera que los socios del Mercosur respeten, incluso, antes de la conclusión del acuerdo negociado, los compromisos del Acuerdo de París’.

El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Heiko Maas, sugirió también que el acuerdo de libre comercio entre ambos bloques regionales puede afectarse con los devastadores incendios en la región amazónica.

En el marco de la cumbre del G7 en Biarritz, Francia, Maas dejó claro ’que la política ambiental y del clima tienen una importancia clave para la valoración del acuerdo entre la UE y Mercosur’.

Más de 340 organizaciones no gubernamentales defensoras del medio ambiente criticaron la política del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y pidieron a la UE que interrumpiera las negociaciones.

Olivier Dabene reconoció que la política del líder de la extrema derecha brasileña ’es una catástrofe’, pero añadió que ’entre dos males elegimos el menor’, que es mantener a Brasil dentro del Acuerdo de París sobre Cambio Climático, lo cual es una exigencia del acuerdo.

Sobre el tema, el eurodiputado socialista húngaro, Istvan Ujhelyi, dijo que hay que ’mantener bajo presión a los representantes del idiotismo político en posiciones de liderazgo’, en clara referencia a Bolsonaro.

’No podemos firmar esto, no podemos aprobar esto hasta que Brasil dé garantías de detener esta deforestación que va en contra de toda la Humanidad’, apuntó.

La portavoz de la Comisión Europea, Mina Andreeva, afirmó que ante tal situación, ’la mejor herramienta que tenemos es el acuerdo UE-Mercosur, que por primera vez ata a Brasil al Acuerdo de París’.

Más allá de sus posibles defensores -que no son pocos-, resulta evidente que al acuerdo de libre comercio entre la UE y el Mercosur se ha convertido en la manzana de la discordia de ambos lados del Atlántico, por lo que le espera un largo y, sobre todo, empedrado camino por recorrer.

*Periodista de la Redacción Internacional de Prensa Latina.

source : Prensa Latina

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