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Colombia: ¿Por qué no les apostamos a los TLC?

Colombia: ¿Por qué no les apostamos a los TLC?

Por José Félix Lafaurie Rivera, 11-11-12

El TLC con la Unión Europea entró en la recta final. Su ratificación en el Congreso iniciará una dura competencia ganadera y habrá más incertidumbres y quiebras para la población más vulnerable del campo.

Señalaré siempre las amenazas a la mediana y pequeña ganadería, no sólo del TLC con Europa, sino de su combinación con los ya negociados −Mercosur y EUA−. Lo peor es que no parece que los renglones favorecidos permitirán a los ganaderos ser oídos en el Legislativo. Hace más de dos años radicamos ante el Congreso un extenso diagnóstico, advirtiendo que no apoyaríamos la aprobación de la Ley ratificatoria si persistían las condiciones actuales.

Las asimetrías siguen y cambiarán la estructura productiva como en México. Allí 2 de cada 3 ganaderos desaparecieron por el Nafta. En Colombia será peor por el frágil desarrollo intrarregional e infraestructura de producción, en especial para los 244 mil ganaderos de menos de 10 animales, con miseria y hambre, o de los 403 mil con menos de 50 reses y también pobres.

Las advertencias del gremio no han tenido consecuencia. Algunas de las más notables diferencias, para ver el desafío, son: La tasa de natalidad bovina en EUA o en UE es del 85%, y en Colombia de 53%. Tienen tasas de extracción promedio de 35,7%, que en Colombia no pasa de 17,7%. Estados Unidos tiene 9,1 millones de vacas lecheras, 1,7 millones más que Colombia, y produce 14 veces más leche. La UE tiene 23,5 millones de vacas −casi el inventario bovino nacional− y produce 134 mil millones de litros al año, y nosotros, 6.400 millones.

La alimentación bovina en Europa o USA son pastos y granos forrajeros −especialmente maíz con enormes incentivos estatales− y confinamiento y corrales de engorde con ganancias diarias por animal de hasta 1,6 kilogramos. En Colombia no pasa en promedio de 380 gramos. Así, en EUA un animal pesa 600 kilos en 24 meses, mientras que aquí necesitamos 42 meses para llegar a 457 kilos. Los concentrados y sales mineralizadas son cerca del 50% de los costos de producción de la leche en Colombia, y son más caros que los de sus competidores. Las drogas veterinarias cuestan más del doble aquí. En Colombia los recursos que llegan al agro −crediticios, fiscales o de inversión extranjera− son escasos, pero en esas economías el Estado sostiene los programas de certificación sanitaria y subsidia a los ganaderos por no producir. Reciben más subsidios por vaca, que el valor comercial de un bovino en Colombia.

En Europa y EUA todos los productores son profesionales afines a la ganadería y los respaldan las principales universidades en programas de extensión, inversión, capacitación en buenas prácticas y tecnologías. En Colombia sólo el 1,6% de los profesionales graduados en la última década lo hicieron en programas agropecuarios y apenas 4.800 trabajan en el sector.

Se podría decir que los ganaderos fallamos, pero han sido 50 años de violencia, sin vías, mercados ni institucionalidad agropecuaria. Así es imposible. Ahora el problema no es sólo de reconversión productiva, sino social. Son 400 mil campesinos que ganarán menos. Ignorarlos es ignorar al país, que sentirá el drama de los excluidos del aperturismo comercial.

*Presidente Ejecutivo de FEDEGÁN


 source: El Universal