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La Coordinadora Andina de Naciones Indígenas (CAOI) frente al acuerdo de asociación entre la CAN y la UE

La Coordinadora Andina de Naciones Indígenas (CAOI) frente al acuerdo de asociación entre la CAN y la UE

18-10-07

La Unión Europa es uno de los socios comerciales más importantes de América Latina y más del 60% de las fuentes de “cooperación” de América Latina provienen de Europa. Sin embargo, tanto las relaciones comerciales como las de “cooperación” están marcadas por el desequilibrio.

Aunque en tras décadas de cooperación se han operado algunos cambios, los acuerdos hemisféricos mantienen o profundizan ese desequilibrio de poder que fue establecido hace 515 años con la invasión europea al continente americano.

Manifestaciones concretas de este desequilibrio, que causan enormes impactos sociales, culturales y ambientales, son las propuestas para los nuevos acuerdos de asociación entre Europa y América Latina, específicamente entre la Unión Europea y la Comunidad Andina de Naciones, el creciente involucramiento de Europa en la Iniciativa de Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA) con su apoyo a mega-proyectos en zonas de alta fragilidad social y ecológica, donde habitan pueblos indígenas con altos índices de exclusión, y el reciente énfasis de la Unión Europea en el fomento de los agrocombustibles.

Las víctimas principales de estos procesos son los pueblos indígenas, por ejemplo a través de la ocupación de los territorios indígenas. Informes recientes muestran claramente que la tendencia hacia la criminalización de las demandas indígenas, específicamente en Perú y Colombia, tiene una relación directa con los mencionados procesos.

La Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI) se preocupa por los siguientes hechos:

Primero: La primera ronda de la negociación para el Acuerdo de Asociación UE-CAN que se llevó a cabo en Bogotá, Colombia, entre el 17 y el 21 de septiembre de 2007, indica que no existen muchas diferencias con las negociaciones de los Tratados de Libre Comercio que sostienen Perú y Colombia con los Estados Unidos (TLCs). Esto contradice el discurso de la UE según el cual los acuerdos de asociación entre la UE-CAN serán diferentes de los TLCs, porque además del componente comercial incluyen los componentes de Cooperación y Diálogo Político.

Concretamente no estamos de acuerdo con las siguientes condiciones planteadas por la Unión Europea:

La UE señaló que no admitirían exclusiones de temas ni de productos.

La UE ratificó que quiere una desgravación completa y rápida de las importaciones, similar a la definida en el TLC con Estados Unidos.

En todos los asuntos la UE pide más que lo que Colombia entregó a Estados Unidos y quiere obtener más de lo que logró hace unos años en un TLC con Chile.

La UE ratificó que no negociará los subsidios que da a su agricultura.

La UE anunció que el Tratado reemplazará el Sistema Generalizado de Preferencias (SGP).

La UE confirmó que no tenía nuevos fondos para cooperación.

La UE manifestó nuevamente su indignación por la demanda que Ecuador y Colombia tienen a los aranceles que la UE pone al banano.

Segundo: No se han establecido mecanismos suficientes de información ni de consulta a la sociedad, menos aun compromisos de garantía de los derechos de los pueblos indígenas .Por ejemplo, en la preparaciones de la negociación, existía la intención de respetar en los acuerdos de asociación UE-CAN el Convenio 169 de la OIT “sobre pueblos indígenas y tribales en estados independientes”. Sin embargo, algunos miembros de la UE exigieron que esta condición fuera sacada de los bases de la negociación.

Tercero: El creciente involucramiento de Europa en la IIRSA. El informe de la Organización Indígena Chiquitana (OICH) sobre la carretera Puerto Suárez - Santa Cruz en Bolivia muestra claramente que los impactos sociales y ambientales de la IIRSA son extremadamente negativos. Esta carretera es uno de los proyectos de cooperación más grandes de la Unión Europea en Sur América. Fue presentado como un ejemplo de que es posible implementar un macroproyecto de infraestructura con impactos sociales y ambientales mínimos, pero el informe de la OICH muestra que esta pretensión falló totalmente.

El informe de la OICH muestra también que la IIRSA fomenta el cultivo de agrocombustibles, la deforestación y al avance de la frontera agrícola, a los cual contribuye la UE con su promoción de ese cultivo. Los principales afectados de estos procesos son los pueblos indígenas, con la pérdida de nuestros estilos de vida y nuestra seguridad alimentaria.

Cuarto: Los informes referidos a la criminalización de las demandas de los pueblos indígenas en Perú, Chile y Colombia muestran que los procesos de extracción de los recursos naturales de los territorios indígenas, en los cuales la UE y empresas europeas tienen intereses, agravan las crecientes violaciones de los derechos indígenas. Asimismo, señalamos que hasta ahora la Unión Europea no está jugando un papel activo en exigir un cambio de sus políticas y prácticas a los actores responsables de la creciente violación de los derechos indígenas, específicamente los gobiernos de Colombia, Perú y Chile.

La CAOI demanda a la Unión Europea lo siguiente:

Primero: Reconocemos la importancia de una mejor integración entre Europa y Suramérica para construir relaciones más justas de comercio y cooperación, y para tratar temas internacionales como la crisis ambiental, pobreza, paz y justicia. Sin embargo, tomando en cuenta el desequilibrio de poder en las relaciones entre la UE y la CAN, las duras posiciones de la UE y la división entre los países andinos, opinamos que se deben cancelar las negociaciones entre la Unión Europea y la CAN sobre un acuerdo de asociación inmediatamente.

Segundo: Elementos claves para futuras relaciones entre la UE y la CAN serán:

Eliminar las barreras comerciales de la UE hacía los países de la CAN.

Crear condiciones favorables para el comercio justo (ambientalmente sostenible, con condiciones laborales justas). Específicamente, exigimos condiciones favorables para el comercio de los productos de los pueblos indígenas.

Promover los mecanismos de la consulta y participación de los pueblos indígenas en las negociaciones entre la UE y la CAN.

Promover la aplicación del Convennio 169 de la OIT y la Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU en los acuerdos de asociación entre la UE y la CAN.

Tercero: Cambio de la política de cooperación de la UE, impidiendo el financiamiento de macro-proyectos de infraestructura y el apoyo a IIRSA, y priorizando proyectos que beneficien a los pueblos indígenas, por ejemplo el fortalecimiento del respeto a los derechos indígenas y el apoyo a las organizaciones indígenas para fortalecer su propia economía y proteger mejor el medio ambiente donde viven.

Cuarto: Cambio en las políticas de la UE y presión de la UE hacia el BID, la CAF, el Fonplata y los gobiernos sudamericanos para reformular la IIRSA, a fin de que los proyectos de infraestructura sean para el beneficio de las poblaciones locales y el desarrollo endógeno de nuestros países, con pleno respeto de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales de la población afectada, y específicamente de las poblaciones indígenas.

Quinto: Exigencia a las empresas europeas en Suramérica que apliquen los mismos estándares ambientales y laborales en América del Sur que aplica la UE en Europa.

Sexto: Cambio de la política sobre los agrocombustibles de la UE, y promoción de una política ambiental común entre la UE y la CAN, en la cual se reconozca que el altísimo estilo de vida de un gran parte de la población europea es uno de las principales razones de la crisis ambiental y de la creciente escasez de los combustibles fósiles, para proponer medidas basadas en este reconocimiento.

Séptimo: Que la UE exija a los gobiernos de los países de la CAN, específicamente Chile, Perú y Colombia, que el proceso de la criminalización de los pueblos indígenas sea detenido inmediatamente. Asimismo, solicitamos que la UE preste atención específica a la situación de las mujeres indígenas afectadas por los procesos de extracción de recursos y criminalización.

Octavo: Para facilitar el diálogo directo entre las organizaciones indígenas de las Américas (Abya Yala) y la UE y sus miembros, tomando en cuenta que la mayoría de nuestros gobiernos no representan nuestros intereses, proponemos una coordinación directa entre la UE y las organizaciones indígenas a través de la instalación de una Embajada Indígena en Europa.

Octubre de 2007

Coordinación General de la CAOI


 source: Bolpress